De cerca, nadie es normal

¡Qué lastima, Samuel!

Posted: November 20th, 2012 | Author: | Filed under: Apropos of | Comments Off on ¡Qué lastima, Samuel!

Había sonado el despertador un poco antes que otros días. Era lunes y siempre ese día, tal vez por la relajación del fin de semana, costaba más trabajo ponerse en marcha y estar preparado a tiempo para llevar a los pequeños a la guardería e ir a la oficina.

Eran casi las siete de la mañana y hacía frío, mucho frío. ¡Qué se puede esperar de la época del año en la que estamos y del sitio en el que vivimos! Amanecía y desde la ventana de la cocina alcanzaba a ver los cubos de la basura, que diligentemente cada lunes de madrugada nuestro portero sacaba, para que los basureros se llevaran nuestros desperdicios. No obstante, hoy había algo diferente: esta vez, en lugar de ser los habituales chicos de mediana edad rebuscando entre los desechos, era un anciano. ¡Pero qué hace ese hombre a estas horas y con este frío escarbando en los cubos de la basura! ¡Pero si debería estar durmiendo en su casa calentito y disfrutando de su pensión! Allí estaba, chaqueta de felpa a cuadros, nada de esas modernas North Face, Arc’Teryx o Canada Goose para combatir temperaturas gélidas, unos zapatos normales y corrientes, y sin guantes; que no es que no los usara porque le estorbaran en su cometido, sino que aparentaba ser un anciano pobre de solemnidad que no se podía permitir esos lujos.

¡Qué lástima Samuel que no estuvieras ahí para hacer la foto! Esa foto que tal vez te comprase el New York Times… No, espera, no creo que te la comprara porque los pobres y vagabundos en Canadá, al igual que en Estados Unidos, venden menos, son menos impactantes. Será que de ver tantos y tantas veces por las calles ya han pasado a ser invisibles para los habitantes de estos países. Mejor unos desarropados españoles, unos parados andaluces barbilampiños, con la vena en el cuello gritando contra el gobierno, que by the way no es de los nuestros.

Y esto en Canadá, Samuel, un país del primer mundo y no del submundo como España. Curioso ¿verdad? Ya te lo dije: el verano pasado en el aeropuerto de Tegel en Berlín, Alemania, sí, Alemania, también vi una cuadrilla de ancianos removiendo la mierda de los cubos de la basura, a fin de conseguir unos míseros envases de plástico y sacarse así algunos euros llevándolos a reciclar. ¡Coño con los viejos! ¡Pero es que no se pueden quedar en sus casas y no joder nuestra imagen de país solvente salvador de naciones manirrotas, con sus ganas de llenar el buche!

¡Qué lastima Samuel cuando uno es esclavo del dueño de la imprenta, como dijo hace unos días el de Anita Pástor! Por cierto, ¿alguien le podría enseñar a este hombre que Pastor es palabra aguda y si fuera llana llevaría tilde? Bueno, mejor no intentarlo porque no creo que llegase a comprenderlo. No obstante y volviendo a nuestro tema, dejémoslo mejor aquí porque meternos ahora en si existe o es posible el periodismo independiente, crítico y libre, sería demasiado y ya es tarde, y fuera hace frío, mucho frío. ¡Qué se puede esperar de la época del año en la que estamos y del sitio en el que vivimos!


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