Ruta por Soria: Quintanas de Gormaz, Calatañazor, Burgo de Osma, el cañón del río Lobos, San Baudelio y Berlanga de Duero

Ermita de San Bartolomé en el cañón del río Lobos. Por Raquel Montejo

Ermita de San Miguel y fortaleza califal de Gormaz. Por Raquel Montejo

 

Última parada, Quintanas de Gormaz. Por Raquel Montejo

Llegamos de noche a Quintanas de Gormaz y eso hizo que no fuéramos capaces de vislumbrar la belleza del paisaje sereno que nos envolvía.

Junto a una estación abandonada de tren estaba nuestro alojamiento, La casa grande de Gormaz, una preciosa y antigua casa de indianos gestionada por María y José Luis con todo el cariño y mimo del mundo. Al despertar, y como aviso a navegantes de lo que iba a ser el fin de semana, la visión impresionante de la fortaleza califal de Gormaz, el castillo más grande de Europa occidental y en la falda del alcázar la ermita románica de San Miguel, construida entre los siglos XI y XII.

No muy lejos se encuentra el pueblo de Calatañazor, con sus casas de piedra y estructura de madera en las que destacan sus características chimeneas cónicas. De su fortaleza sólo quedan la torre del homenaje y unos cuantos lienzos de las antiguas murallas teniendo una vista espectacular del Valle de la sangre, la planicie que se extiende desde la falda del promontorio en el que se encuentra el pueblo.

La siguiente parada que hicimos fue el Burgo de Osma, una población amurallada con un núcleo urbano medieval muy cuidado y una calle principal con soportales que discurre a la vera de su bella Plaza Mayor, y junto a la que se sitúa el Hospital de San Agustín y el Palacio episcopal para desembocar en la plaza de la catedral. Este templo fue en un primer momento una catedral románica, de la que sólo queda como vestigio una sala en la que se encuentra el sepulcro gótico de piedra policromada de San Pedro de Osma, y posteriormente se demolió para construir la actual catedral gótica cuyas obras comenzaron en el siglo XIII.

Estando en esta zona, era obligatoria la visita al cañón del río Lobos, un karst con una longitud de unos 25 km. en el que destaca la ermita de San Bartolomé, parte de un primitivo cenobio templario ahora desaparecido.

Antes de terminar nuestro periplo por tierras sorianas en Berlanga del Duero, visitamos la ermita mozárabe de San Baudelio en Casillas de Berlanga. Esta ermita data del siglo XI y destacan tanto los restos de sus frescos que se salvaron del expolio de principios del XX, como la impresionante columna central que con sus nervios parece sujetar toda la estructura. Si uno es atrevido y no tiene claustrofobia merece la pena recorrer en cuclillas la pequeña gruta a la que se accede por la esquina sur de la ermita. Según la tradición en su día vivió aquí un eremita.

Por último Berlanga del Duero con su castillo construido entre los siglos XV y XVI, en el que destacan sus sólidos tambores, y la Colegiata de estilo ojival-renacentista del siglo XVI con sus tres naves centrales que parecen que se elevan hasta el cielo.

De regreso a nuestra ciudad de origen uno no podía por menos pensar qué pena el despoblamiento y decaimiento de estas tierras del Cid, tan llenas de conquistas y reconquistas, de victorias y derrotas, de episodios históricos que configuraron la actual España.