Bushido, el código ético del samurai y el alma de Japón de Inazo Nitobe

No sólo para el que le gusten las artes marciales, sino también para todo aquel que se muestre interesado por el país del sol naciente, el libro de Inazo Nitobe es totalmente recomendable. Sin un conocimiento previo del feudalismo y el Bushido, las ideas morales del Japón actual resultan totalmente herméticas.

Bushido significa literalmente “Guerrero señor camino”, es decir, los usos que los guerreros nobles debían observar tanto en su vida cotidiana como en el ejercicio de su vocación. Su creación fue el resultado de un crecimiento orgánico de décadas y siglos de carrera militar. Estos guerreros-caballeros fueron conocidos como samurais y su caracter recordaba a los soldurii o soldurios: guerreros ibéricos que guardaban absoluta fidelidad a la palabra dada (la devotio soldurii o la devotio ibérica), y cuyo valor y desapego por la vida se convirtieron en legendarios, hasta el punto de que muchos emperadores y senadores romanos escogían los soldurios hispanos para su guardia personal.

Para Nitobe tanto los principios del shintoísmo como las enseñanzas de Confucio y Mencio ejercieron una inmensa influencia sobre el Bushido. Son varias las características que componen el código del samurai: la rectitud, el coraje, la benevolencia, la cortesía, la veracidad y sinceridad, y el honor. El trípode que soportaba la estructura del Bushido estaba constituido por chi, jin, y yu, respectivamente sabiduría, benevolencia y coraje. El lujo se consideraba la mayor amenaza y a la clase guerrera se le exigía la más severa simplicidad de vida. La enseñanza del Bushido, asegura el autor, era soportar y encarar de manera sacrificada todas las calamidades y adversidades con paciencia y una plena conciencia de ellas.

Lo que Japón fue se lo debe a lo samurais, quienes no sólo eran la flor de la nación, sino también su raíz. Aunque socialmente se mantenían apartados del pueblo llano, establecieron un modelo moral para las masas populares y las guiaron con su ejemplo.

El Bushido, que terminó con el edicto de 1870 por el que se abolía el feudalismo, se filtró al resto de la sociedad japonesa de muchas maneras a partir de la clase social en que se originó, y desde el punto de vista del autor actuó como un estímulo transformador entre las masas al suministrar una norma moral para todo el pueblo. Los preceptos de la caballería, que comenzaron como la gloria de la élite, se convirtieron con el tiempo en aspiración e inspiración de la nación en su conjunto.